Lo que no decimos, no muere. Nos mata.
El atormento de la palabras no dichas es veneno. El recorrido desde tu mente hasta tu lengua es suficientemente largo como para que se queden en el camino. A veces eso es mejor. Y sino siempre se le puede
gritar al silencio.
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Think. Wait. Talk. |
¿Sufre más aquél que espera siempre
que aquél que nunca esperó a nadie?
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